Los residuos industriales son aquellos desechos que se generan como resultado de actividades industriales, como la producción de bienes o la prestación de servicios. Pero hay diferentes tipos de residuos industriales, que pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos y, a su vez, tóxicos, inflamables o peligrosos.
Según un estudio del INE realizado en 2020, España generó cerca de 16,5 millones de toneladas de residuos relacionados directamente con la actividad económica, procedentes en su mayoría de industrias como la metalúrgica, minera, energética y la industria pesada en general.
El desarrollo de la industria ha mejorado la comodidad de nuestras vidas, pero también ha aumentado la cantidad de residuos, que se ha convertido en un problema para el entorno natural. De acuerdo con la Ley 22/201, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados, cada empresa productora de residuos industriales debe gestionarlos, de forma adecuada a través de una empresa externa especializada en dichas actividades.
Los tipos de residuos industriales generados dependen de diferentes factores como pueden ser la materia prima utilizada, la tecnología de producción o el consumo de bienes materiales.
3 tipos de residuos industriales
Asimismo, los residuos industriales se pueden dividir en tres grandes bloques:
- Residuos no peligrosos.
- Residuos urbanos y asimilables a los urbanos.
- Residuos tóxicos, peligrosos o especiales.
Residuos no peligrosos
Estos residuos no son peligrosos ni presentan riesgos para la salud o el medio ambiente. No experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas. Como no se biodegradan no pueden afectar a otras materias si entran en contacto con ellas.
Este tipo de residuo industrial no precisa de ningún tipo de tratamiento previo a su almacenamiento. No obstante, no podemos desecharlo de cualquier forma sino que hay que gestionarlo de la manera adecuada mediante un gestor especializado.
Según la naturaleza del residuo, algunos de ellos, como escombros, ladrillos, tejas o productos de excavación se emplean en muchos casos para rellenar terrenos.
Residuos urbanos y asimilables a los urbanos
Estos son los residuos generados por las actividades que se desarrollan principalmente en las áreas de oficinas, sectores industriales y servicios de las poblaciones. Están compuestos por residuos de composición orgánica degradable y otros como el cartón, el plástico o el papel.
Residuos tóxicos, peligrosos o especiales
Este tipo de residuos derivados de la industria química y petrolera en su mayoría, debido a su elevado nivel de contaminación, suponen una amenaza para la salud de los seres humanos y el medio ambiente por sus características corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables, infecciosas o radiactivas. Por esta razón, es necesario emplear un tratamiento específico, identificarlos bien y almacenarlos de distinta manera que al resto.
Entre los residuos industriales tóxicos o peligrosos podemos destacar dos clases:
- Los residuos químicos. Este tipo de residuos se origina principalmente por la descomposición de productos químicos en las actividades de procesamiento industrial. Por ejemplo: derivados de fertilizantes y plaguicidas, medicamentos, tintes y pinturas, productos de limpieza y combustibles.
- Los desechos tóxicos. Son altamente perjudiciales porque son capaces de causar la muerte, provocar defectos genéticos o contaminar ecosistemas completos. Ejemplos: hidrocarburos y derivados del petróleo.
Para determinar si un residuo industrial debe ser considerado peligroso es necesario conocer su composición. Es decir, la capacidad de sus componentes, una vez pulverizados, de ser solubles y contaminar los suelos o aguas subterráneas.
Ahora que ya sabes cuáles son los principales tipos de residuos industriales, te explicamos qué hacer con ellos y cómo gestionarlos.
La gestión adecuada de los residuos industriales es importante para evitar posibles daños al medio ambiente, ya que pueden contaminar el suelo, el agua y el aire, convirtiéndose en un gran peligro para la salud del ser humano. Además, su correcto reciclaje y gestión ayuda a preservar los recursos naturales con los que contamos.