Qué hacer con los residuos industriales y cómo gestionarlos

residuos industriales

Antes de empezar, vamos a definir qué se considera residuos industriales para explicar, a continuación, cómo proceder adecuadamente al reciclaje, destrucción o almacenamiento de este tipo de residuos.

Un residuo industrial es aquel que se genera a partir de un proceso de fabricación, transformación, utilización, consumo o limpieza de una máquina. Dichos residuos deben ser gestionados de manera adecuada para no dañar el medio ambiente y cumplir la normativa vigente.

Según la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados publicada en el BOE el 29 de julio de 2011, un residuo es cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención u obligación de hacerlo. Esta ley define los “residuos industriales” como aquellos residuos resultantes de los procesos de fabricación, de transformación, de utilización, de consumo, de limpieza o de mantenimiento generados por la actividad industrial, excluidas las emisiones a la atmósfera reguladas en la Ley 34/2007, de 15 de noviembre.

En primer lugar, los residuos se clasifican según su estado físico, es decir, si son sólidos, líquidos o gaseosos. Posteriormente, se subdividen según su procedencia para determinar si son de origen industrial, agrícola, doméstico, etc.

En este artículo nos centraremos en los residuos de procedencia industrial.

La gestión de residuos industriales, sean peligrosos o no, consiste básicamente en su envío a plantas de reciclaje o vertederos. La empresa productora de los residuos industriales debe mantenerlos en condiciones adecuadas hasta que el encargado de recogerlos lo haga, empleando los servicios de un transportista de residuos. Tanto el gestor como el transportista deben estar autorizados para la gestión y recogida de residuos.

Las plantas en las que son tratados los residuos industriales y sometidos a estos procesos deben cumplir una legislación muy estricta y contar con unas medidas de seguridad específicas que garanticen la seguridad de su tratamiento.

Debido a la gran cantidad y variedad de desechos industriales que se generan es necesario, además, que se proceda a una correcta gestión de los mismos. La creciente preocupación y conciencia por el medio ambiente ha provocado que el tratamiento y la gestión de residuos industriales sea una tarea prioritaria para muchas empresas, recurriendo, en muchos casos, a los servicios de empresas de recogida de residuos autorizadas como Giesa.

Por tanto, es necesario realizar una valoración previa de cada tipo de residuo para su correcto procesamiento y/o reciclado.

Los desechos industriales deben gestionarse según su peligrosidad y composición. De este modo, se optimizan los recursos energéticos disponibles al procesar cada tipo de residuo industrial en una planta especializada que cuenta con las infraestructuras necesarias para ello. Por ejemplo, se suelen emplear bidones metálicos para el transporte y/o almacenaje de mercancías peligrosas y no peligrosas.

Asimismo, se minimiza el impacto en el medio ambiente, apostando por un desarrollo sostenible que cumpla con los requerimientos de las normativas europeas actuales. En este sentido, las empresas que están ejecutando una adecuada gestión de los residuos industriales, además de proteger el entorno y cumplir con la ley, influyen positivamente en la propia imagen de la compañía. Al convertir la gestión de residuos industriales en una tarea prioritaria incluida en la cadena de producción, las empresas podrán ganar en eficiencia y competitividad a medio y largo plazo.

Etapas en la gestión de residuos industriales

Los tratamientos a los que son sometidos los residuos industriales suelen ser la recogida y almacenamiento, el transporte y el tratamiento o reciclaje de los materiales desechados que se producen en la actividad industrial para su disposición final.

1. Recogida y almacenamiento de residuos industriales

En esta primera etapa se recogen y almacenan los residuos por separado en el lugar en el que son generados, a través de contenedores, envases y depósitos especiales que facilitan el traslado de los residuos industriales hasta las plantas de tratamiento y/o reciclaje. Los residuos se deben clasificar y separar dependiendo de su peligrosidad y características físico-químicas, evitando que se mezclen para facilitar su posterior tratamiento y/o transformación. Para facilitar el seguimiento de los residuos es conveniente etiquetarlos con un código que permita su monitoreo.

2. Transporte de residuos industriales

Los residuos industriales se trasladan en vehículos que deben estar en posesión de una ficha técnica de los residuos, que son transportados hasta una planta de tratamiento y/o reciclaje de residuos, ya sea para su almacenamiento o destrucción. Para cumplir con las leyes vigentes de cada país, el transportista debe aportar la licencia especial que así lo permite. 

3. Tratamiento y disposición final

La última etapa de gestión de residuos industriales consiste en aplicar el tratamiento más adecuado a cada tipo de residuo. No se tratan por igual los residuos industriales peligrosos que los residuos industriales no peligrosos.

Entre los tratamientos más habituales podemos destacar los siguientes:

  • Tratamientos físicos. Los residuos se someten a diferentes procesos, como el centrifugado, decantado o filtrado, hasta que, en la medida de lo posible, dejan de ser contaminantes o peligrosos.
  • Tratamientos químicos. Según su composición, algunos residuos pueden ser procesados químicamente para neutralizar o reducir su peligrosidad. En algunos casos, es posible emplearlos de nuevo como materia prima.
  • Incineración y valorización. Este proceso se aplica habitualmente sobre residuos orgánicos y suele ser el más eficaz para hacer desaparecer los residuos, ya que consigue disminuir el volumen de los mismos y, además, permite la generación de energía durante el proceso. Sin embargo, hay que realizar este proceso con especial cuidado para no generar cenizas ni emisiones de determinados gases al exterior. Por tanto, sólo se podrá quemar el residuo si no es tóxico.
  • Vertederos. En el caso de residuos que es imposible tratar o destruir sin dañar el medio ambiente, se almacenan de forma segura en vertederos, donde se garantiza que no van a contaminar el subsuelo o las aguas subterráneas. 
  • Encapsulación. Esta técnica implica aislar el residuo peligroso dentro de otro material que minimiza los riesgos de contaminación por lixiviación.